La actualidad haitiana
La elección y posterior toma de posesión de Jovenel Moise en el mes de febrero del 2017 resultaron el fin de una lucha casi insurreccional del pueblo contra el fraude electoral que luego de más de un año y medio de lucha logró el imperialismo imponer.
Haití termina 2017 con la imperiosa necesidad de recuperar las libertades perdidas, el sistema dictatorial oprobioso que la ocupación de la MINUSTAH ayudó a reinstaurar luego de que el pueblo lograra vencer a la última dictadura de los Duvalier en 1986.
Igualmente, la necesidad de sacarse de encima la bota yankee que los oprime sin dejarlos respirar e iniciar un proceso de reconstrucción autónomo que levante un proyecto de desarrollo real alternativo, en función de las necesidades de las grandes masas.
La misión de la ONU fue puesta en marcha en 2004 con el fin de apoyar a los intereses norteamericanos después de que EEUU, FRANCIA Y CANADÁ derrocara al entonces presidente, Jean-Bertrand Aristide a través de una invasión militar..
Tras la marcha de los cascos azules de la MINUSTAH se estableció una nueva presencia policial de la ONU impuesta ilegalmente por el capítulo 7 del Consejo de Seguridad, bautizada como Minujusth, que se centrará en “apoyar” a la Policía militar muy represora, supuestamente “promover el Estado de derecho y vigilar el respeto de los derechos humanos”, pero en realidad vienen a transformar el sistema judicial para volverlo funcional a las clases dirigentes delincuenciales, vinculadas al narcotráfico y blanqueamiento de capitales, a los poderes extranjeros, bajo la doctrina del “combate al crimen organizado y el terrorismo” que resulta ser el pueblo organizado y movilizado por sus reivindicaciones..
LA OCUPACIÓN NO TERMINÓ A PESAR DEL RETIRO DE LA MINUSTAH
Un mes después del retiro de la misión, en el país se ha registrado el asesinato de ocho agentes policiales, y otros muchos asesinatos selectivos de referentes sociales, o civiles en manifestaciones que exigen la renuncia del presidente de turno Jovenel, que ha votado un presupuesto que el pueblo llama “presupuesto criminal”.
Congelación de un sueldo miserable y aumento de tarifas e impuestos al combustible y al pasaporte. Recientemente un gran juicio en el Senado de la República debió enfrentar al propio presidente, siendo acusado con muchísimas pruebas del desfalco sistemático que han realizado los dos últimos gobiernos en particular, de los Fondos de Petrocaribe que podrían haber aliviado en mucho la miseria que vive el pueblo. Este es un drama que cointinúa siendo invisibilizado.
A nivel social existe una gran conflictividad generada por las condiciones de pobreza y marginalidad en las que se encuentra la nación producto de políticas que solo favorecen a los inversores extranjeros, por parte de los gobiernos fraudulentos, elegidos por EEUU, en función de sus intereses.