Como muchos otros países de América Central, Belice fue ocupado por los mayas. Precisamente, un diez por ciento de la población actual de Belice son descendientes mayas, sobre todo los que viven cerca de la frontera con el Yucatán, Punta Gorda, el Mopan y al oeste de Belice, en la ciudad fronteriza de Benque Viejo del Carmen.
Los primeros documentos escritos de la presencia española en Belice lo tenemos en 1544, en la ciudad maya de Lamanai, donde se construyó una iglesia española colonial en 1570, por lo que fue esta ciudad la que recoge mayores influencias europeas en Belice.
La sociedad maya que encontraron estos primeros europeos en Belice era muy distinta a la que habían podido experimentar en otros países. Tanto es así que el contacto y la convivencia nunca fue la idónea, debido a la constante lucha con los propios mayas y la esclavitud y las enfermedades.
Así fueron pasando los años hasta que los colonos mayas comienzan a pedir protección a los británicos ante el ataque de los españoles a sus poblaciones y el sometimiento que tenían que sufrir. Tal vez la batalla más famosa que se libró en Belice fue la de Saint George’s Caye en 1798, batalla que marcó el fin de la dominación española en la isla.
Les llevó por tanto más de doscientos años para tomar la independencia a Belice de España. No fue hasta 1871 cuando Belice se declaró oficialmente colonia de la Corona británica. A partir de aquí, la población y la economía de Belice creció considerablemente. Durante el siglo XX comenzaron a llegar trabajadores indios, chinos, sirios y árabes, debido sobre todo a la inestabilidad política de Oriente Medio.
Fue a partir de 1950 cuando Belice comenzó a luchar por su independencia total, logrando en 1964 el autogobierno. Sin embargo, la verdadera y total
independencia de Belice no se produjo hasta el 21 de septiembre de 1981. A pesar de todo, como Belice necesitaba constantemente protección y no tenía fuerzas de ejército, las tropas británicas se quedaron en la isla hasta 1994